viernes, 2 de septiembre de 2016

Lucía

1/09/2016

¿Cuándo sucedió? ¿En qué momento todo empezó a cambiar? Día a día, experiencia una tras otra comencé a sentir, a escuchar, a ser paciente, a tener inseguridades y a aceptarlas, pero también a mejorar cada día.

Ahora.
Ahora miro a atrás y veo todo el camino, veo que he llegado hasta aquí y quiero llegar más lejos.
Ahora es todo, ahora es lo único que vale, pero podemos soñar, soñar con un futuro y poner de nuestra parte.

Todo.
Todo lo que ha pasado, todo lo que he recorrido y me he hundido tantas veces. Tantas veces que pensé esto es lo que ha tocado y me conformé habiendo sido una inconformista con mi familia me acogí a lo que veía y creía que era así, que esa sensación y esos sentimientos pasaban una vez en la vida. ¿Una vez? No creo, es más profundo para sentirlo solo una vez y es diferente si, pero aún mejor. Siempre hay un "pero".

Se acabaron.
Muchos hábitos que hace años decidí que debían finalizar, pero ellos han podido conmigo, bueno ellos no, mi cerebro ha perdido o se dejó vencer para evadirse durante un rato de la presión. ¿Presión? Si, por todo. En mi mochila está metida y parte de ella me persigue.

Soltar las riendas.
Dejarle el control a otros, la obligación de ayudar a quien no se deja. Decidí permanecer de observadora, ¿es lo mejor? No sé, pero debo apartarme por un tiempo y permanecer a la espera, a la espera de actuar.

Irte sola. ¿Es lo que debes hacer?
Yo si me hubiera ido hace mucho tiempo. Sabes que no vas a estar sola, que siempre nos tendrás a nosotros.
Ojalá te hubieras ido, incluso antes de que yo llegara. Ahora te miro y no puedo verte.

Al final es mejor apartarse por un tiempo de todo para buscar soluciones desde fuera. Otra perspectiva es necesaria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario